Graciela Fernández: la mujer que amó a Chespirito antes de la fama

Graciela Fernández fue la primera esposa de 'Chespirito', tras su divorcio mantuvo un perfil bajo.

Con el estreno de ‘Chespirito: Sin querer queriendo’ en HBO Max, la atención del público se ha volcado no solo sobre la vida y obra del reconocido comediante mexicano, sino también sobre las personas que lo acompañaron detrás de cámaras. 

Una figura que ha emergido con fuerza en esta historia es nada menos que Graciela Fernández, la primera esposa de Chespirito, quien fuera, además de la madre de sus seis hijos, su pareja sentimental por más de dos décadas. 

La serie, que busca mostrar tanto la creatividad como los claroscuros de la vida personal de Roberto Gómez Bolaños, ha despertado el interés del público por conocer más sobre esta mujer, quien jugó un papel discreto pero vital en la construcción del legado del comediante. 

Graciela Fernández, originaria de Argentina, tenía apenas 15 años cuando conoció a Roberto Gómez Bolaños, quien por ese entonces tenía 22. Aquel encuentro fue el comienzo de una historia de amor que, tiempo después, se consolidaría con su boda en 1968 y que sería testigo del meteórico ascenso de Chespirito en el mundo del entretenimiento. 

Durante los años que estuvieron casados, Graciela no solo fue su compañera sentimental, sino también una figura clave en los cimientos de su carrera. 

Como su compañera de vida, lo acompañó en giras, en sus procesos creativos y hasta participó en sus proyectos al confeccionar el primer traje de El Chapulín Colorado, el icónico atuendo rojo con la “CH” que se volvió parte importante de la cultura pop. 

Graciela fue madre de los seis hijos de Chespirito: Roberto, Marcela, Graciela, Teresa, Paulina y Cecilia. Se dedicó completamente al hogar y al cuidado de su familia, algo que muchos de sus allegados reconocieron como un acto de amor y sacrificio. 

La actriz Paulina Dávila es la encargada de interpretar a Graciela en la bioserie Chespirito: Sin querer, queriendo, que ya se transmite por HBO Max. 

Roberto Gómez Bolaños duró casado con Graciela Fernández casi dos décadas. Foto: X @ElAguila_Gomez

Como muchas historias de amor, la relación entre Roberto Gómez Bolaños y Graciela Fernández tuvo sus momentos de altibajos. A medida que crecía la fama de Chespirito, también lo hacía la distancia emocional entre ellos. 

El propio comediante escribió en su autobiografía Sin querer queriendo: 

“La relación con Graciela se había ido deteriorando paulatinamente… La esencia de Florinda me iba inundando cada vez más.” 

Y es que, durante los años setenta, cuando todavía estaba casado con Graciela, el comediante y escritor comenzó una estrecha relación con Florinda Meza, actriz que interpretaba a Doña Florinda. Esta cercanía, que más tarde se convirtió en una relación amorosa, fue el detonante de la separación, que ya venía gestándose entre la pareja por otros motivos. 

El divorcio, que se concretó en 1989, estuvo inmerso en varios conflictos emocionales y legales, de los cuales no se tienen detalles, por lo menos de fuentes oficiales. 

Algunos rumores apuntan a que Chespirito habría entregado a Graciela algunos de sus bienes más valiosos como parte del acuerdo de separación, aunque se desconoce si es verdad, pues ninguno de los involucrados habló públicamente del proceso legal y sus pormenores. 

Graciela y Roberto Gómez Bolaños se casaron en 1968. Foto: X / Twitter

Después del término del matrimonio, Graciela Fernández eligió la discreción y la privacidad. A diferencia de Florinda Meza, quien se mantuvo en el foco mediático, Graciela optó por alejarse del espectáculo. No dio entrevistas ni habló públicamente de su relación con Chespirito ni de su rol como esposa y madre. 

Este bajo perfil provocó que muchas personas sintieran curiosidad sobre su vida y lo que pasó en ella después de separarse del comediante mexicano. 

En entrevistas, su hijo Roberto Gómez Fernández ha compartido que su madre vivió con tristeza la nueva relación de su padre. “Lo tomó muy mal”, admitió. Pero también dejó claro que el dolor venía más por la ruptura en sí que por quién era la nueva pareja de su padre. 

Graciela Fernández murió el 28 de agosto de 2013 a la edad de 84 años. Foto: Twitter

Graciela Fernández falleció el 29 de agosto de 2013, a los 84 años. Sus hijos confirmaron la noticia a través de sus redes sociales con mensajes llenos de amor y gratitud. 

“Gracias, ma. Descansa en paz”, escribió Roberto Gómez Fernández. 

Por su parte, su hija Graciela publicó: 

“Mamita, te vamos a extrañar. Te quiero mucho.” 

Amigos cercanos a la familia, como Édgar Vivar y Rubén Aguirre, también se despidieron de ella. La describieron como “un hermoso ser” que dejó una huella imborrable en quienes la conocieron. 

Hoy, gracias a la bioserie ‘Chespirito: Sin querer queriendo’, el público puede conocer parte de la otra cara de esta historia: la de una mujer que estuvo allí desde el principio, que creyó en el sueño de su esposo y que fue un pilar fundamental en los años en que todo parecía imposible. 

En la producción de HBO Max, Graciela Fernández está personificada por Paulina Dávila.

Ale G
Ale G

Soy una apasionada del entretenimiento: series, películas, programas y realities. Me encanta explorar plataformas de streaming y contarte lo que pasa en ellas.

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