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El final de The Summer I Turned Pretty (El verano en el que me enamoré 3) nos trae un cierre de temporada cargada de emociones, reencuentros y decisiones que marcan el destino de Belly, Conrad y Jeremiah.
París se convierte en el escenario principal donde se resuelve el triángulo amoroso que ha mantenido a los fans en suspenso durante toda la temporada.
La historia se divide en dos arcos narrativos: por un lado, el reencuentro entre Belly y Conrad en París; por otro, lo que sucede con Steven, Taylor y Jeremiah en Boston y Cousins. Ambos hilos se entrelazan para cerrar la serie con un tono esperanzador y maduro.
Conrad aparece inesperadamente en la puerta del departamento de Belly en París. Aunque ella no lo recibe con entusiasmo, acepta pasar el día con él antes de que tome su tren a Bruselas.
Lo que comienza como un paseo turístico se transforma en una jornada de confesiones, recuerdos y señales de reconciliación.
Durante su recorrido por Versalles y las calles parisinas, Conrad le confiesa que desea ver la ciudad a través de sus ojos.
Belly, por su parte, le revela que ha logrado encontrarse a sí misma en París, lejos de la presión emocional que la rodeaba en Cousins.
En una azotea, ambos se sinceran sobre lo que han vivido en el último año, y aunque hay incomodidad, también hay apertura.
Belly invita a Conrad a su cena de cumpleaños, donde Benito —su ex— y sus amigos franceses se sorprenden al verlo.
Benito le muestra una foto íntima a Belly, lo que incomoda a Conrad. Además, los comentarios sobre Jeremiah y la ruptura con Benito generan tensión.
Belly aclara que rechazó la propuesta de ir a México y terminó la relación, lo que abre la puerta a una posible reconciliación con Conrad.
En medio de la celebración, los gestos entre Belly y Conrad se vuelven más cercanos. Él le regala un vial con arena de Cousins, y ella le responde con un beso en la mejilla.
La química entre ambos se intensifica, y aunque Conrad evita fumar el porro que sus amigos le ofrecen, el momento se carga de tensión emocional.
Belly lleva a Conrad a caminar por el Sena, donde bailan bajo la luna. Recuerdan su fallido baile de graduación y reflexionan sobre lo que significó para su relación.
Belly admite que sus cartas la ayudaron a mantenerse firme en su decisión de mudarse, pero también reconoce que no ha logrado dejarlo atrás.
En ese momento, comparten un beso que se convierte en algo más. Sin embargo, Belly se muestra insegura.
Conrad le dice que la ama, y ella responde que también lo ama, pero no sabe si ese amor es auténtico o una consecuencia del deseo de Susannah, la madre de Conrad.
Él insiste: “La forma en que me siento por ti no tiene nada que ver con mi mamá. Si te conociera por primera vez esta noche, aún te amaría”.
Conrad se despide con un “Feliz cumpleaños, Belly” y se marcha. Pero ella lo alcanza en el tren de las 5 a.m., llevando el collar de infinito que él le regaló.
“Te elijo por mi propia voluntad. Hay mundos infinitos. Cada una de mí te elige en cada uno de ellos”, le dice. Así, Belly se queda con Conrad al final de The Summer I Turned Pretty.
Mientras tanto, Jeremiah se ha convertido en chef y vive con Denise. Steven y Taylor enfrentan una mudanza inesperada a San Francisco, lo que genera conflictos y reconciliaciones. Finalmente, Steven le confiesa a Taylor que quiere compartir su vida con ella, y ambos deciden mudarse juntos.
Jeremiah organiza una cena en Cousins, donde Denise y él se besan, insinuando una nueva relación. Adam, el padre de Jeremiah, le expresa su orgullo, cerrando el arco del personaje con una nota positiva.
El final de la serie de Prime Video no solo resuelve el conflicto amoroso, también muestra el crecimiento de sus personajes. Belly toma decisiones por sí misma, Conrad se sincera sin reservas, y Jeremiah encuentra su camino. Jenny Han logra cerrar la historia con sensibilidad, dejando claro que el amor verdadero nace de la elección, no de la obligación.