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Nadie nos vio partir es una serie mexicana que llega a la plataforma de Netflix basada en hechos reales, esta producción revive uno de los episodios más dolorosos en la vida de Tamara Trottner, quien fue secuestrada junto a su hermano por su propio padre.
La historia, ambientada en los años 60, mezcla suspenso, drama y una profunda reflexión sobre la violencia vicaria.
La serie toma como base el libro homónimo escrito por Tamara Trottner, una autora mexicana que decidió transformar la cruda experiencia de su niñez en literatura.
En su libro ‘Nadie nos vio partir’, relata cómo fue separada de su madre en el día de su cumpleaños. Tamara y su hermano fueron engañados por su padre quien los secuestró bajo la mentira de que se irían de viaje.
Durante dos años, vivieron alejados de su madre, sin contacto alguno, y bajo la idea de que ella los había abandonado.
Aunque no hubo agresión física, el daño emocional fue profundo. Tamara ha compartido que su padre los llevó por Europa, ocultando toda información sobre su madre.
Esta manipulación afectó su percepción durante años. Su testimonio revela cómo el trauma puede marcar generaciones y cómo la literatura puede convertirse en un vehículo de sanación.
Uno de los temas centrales de Nadie nos vio partir es la violencia vicaria, una forma de agresión en la que los hijos son utilizados para dañar a la madre. En este caso, el padre decide llevarse a los niños como una forma de venganza.
La serie expone cómo esta práctica, aunque silenciosa, tiene consecuencias devastadoras. La madre, Valeria, inicia una búsqueda desesperada por recuperar a sus hijos, y se enfrenta a la indiferencia de las autoridades y las barreras sociales de la época.
Tamara Trottner narra en su novela que sus padres, Leo y Valeria, pertenecían a familias judías adineradas. Su matrimonio fue más una imposición familiar que una decisión personal.
Aunque al principio todo parecía estable, la relación se fractura cuando Leo descubre una infidelidad. En respuesta, decide ejecutar un plan para vengarse: llevarse a sus hijos sin aviso y mantenerlos alejados de su madre.
Lo que sigue es una travesía dolorosa. Valeria recorre el mundo, contrata abogados y enfrenta obstáculos inimaginables para recuperar a sus hijos. Mientras tanto, Leo les hace creer que están viviendo una aventura, manipulando su percepción para alejarlos emocionalmente de su madre.
Esta dualidad entre la lucha de Valeria y la estrategia de Leo es uno de los pilares narrativos más intensos de la serie.
Tamara Trottner decidió escribir su historia real en Nadie nos vio partir después de reencontrarse con su padre. En ese encuentro, le preguntó cómo se había atrevido a alejarlos. Él le compartió su versión de los hechos, y Tamara entendió que ambas verdades merecían ser contadas.
Esta decisión le permitió transformar el dolor en una obra que ahora llega a millones de personas a través de Netflix.
La serie de Netflix se grabó durante seis meses, en locaciones ubicadas en Ciudad de México, Sudáfrica, Italia y París. Esta diversidad geográfica refleja el recorrido que vivieron los protagonistas reales durante la década de los 60, una época donde las normas sociales y legales dificultaban aún más la recuperación de los niños.